El Reencuentro
El fin de semana llegó y volvió a reunirse el trío de café con leche y nata, el trió capuccino se disponía a actuar de nuevo desnudos de pie en un abrazo de conjunto intercambiando besos y caricias, totalmente erectos ellos y toda húmeda ella.
Los dos hombres se desvivían por complacer a Carmen pero no era una competición entre machos sino deseos de complacer a la maestra de ceremonias de ese cabaret, a la jefa de pista de ese circo de pasión.
Manu esperaba que, de nuevo, le dijese al negro que le taladrase pero no fue así esta vez pues a ella no le gustaba repetir las mismas cosas, necesitaba cambiar, experimentar.
Y esta vez quiso hacer un sándwich... a cuatro patas sobre la alfombra el guerrero africano invadía su vagina mientras su pareja hacia lo propio con su boca pues la verga del segundo era mejor para tal menester por su menor envergadura.
Los dos hombres se movían casi con sincronía aumentando el ritmo de sus movimientos de pelvis.
Manu gozaba tanto con el tacto de esa boca tan dulce sobre su miembro con el roce de sus labios de fresa y calidez de su saliva empapando su glande como con la visión del poderoso negro en acción.
El negro ni siquiera le miraba concentrado como estaba en los cachetes prietos de ella, en como se estiraban y contraían sus labios vaginales al ritmo que dictaba su bastón de mando.
Carmen gemía con fuerza enardecida por las endorfinas que su clítoris estimulaba en su cerebro, excitada por el sabor que el otro miembro dejaba en sus papilas gustativas.
Manu gritaba al eyacular en la boca de su amada, el negro explotaba lanzando su esperma hacia el útero de la joven mientras ella llegaba al orgasmo aullando a pesar de tener la boca llena del semen de el hombre blanco.
Los tres amantes se abrazaban agotados y sudorosos dejándose caer sobre la alfombra, esta vez Carmen les besaba y abrazaba a ambos pues ya había hecho lo necesario para no enamorarse de su pareja oficial.
Ahora tenia dos amantes a un tiempo y sentía lo mismo por ambos.. Respeto, afecto, deseo pero no amor.
Esta vez Manu había podido desahogarse y su fantasía homosexual se había esfumado por completo con la suavidad bucal de Carmen, ya no deseaba ver vulnerada su integridad anal y tampoco estaba satisfecho de que su amada hubiera vuelto a gozar hasta la extenuación.
El goce de Carmen, aun siendo muy importante para Manu, ya no era lo único que le preocupaba pues algo en su interior había cambiado.
Continuara...
No hay comentarios:
Publicar un comentario