martes, 10 de septiembre de 2013

De amor y de sexo ( capítulo 1 )

                                                   
                                                                       Carmen





   Carmen era una auténtica belleza natural de rizos dorados con ojos del mismo azul que el cielo en primavera, de labios rosados que, junto a unos dientes de color blanco radiante, formaban una sonrisa perfecta, arrebatadora e irresistible.

  Su cuerpo era esbelto de preciosa piel rosada moteada de pecas y lunares con piernas de bailarina que generosamente lucía con minifaldas y shorts que dejaban poco lugar a la imaginación además las transparencias y los escotes de vértigo que solía mostrar la hacían ser una de las mujeres más deseables que cualquiera podía imaginar.

  Aunque tanta beldad también podía ser un arma de doble filo pues estaba rodeada de admiradores, de depredadores sexuales que buscaban yacer con una exquisita criatura como era ella mas todos se quedaban en el físico y no veían más allá.
  No veían la gran persona que era, lo inteligente, lo dulce, lo generosa que era la hacían más valiosa aún mas no para todo los hombres, no para la mayoría que solo esperaban saciar sus apetitos carnales.

     Trabajaba en un locutorio pero era solo un medio transitorio de ganarse la vida mientras continuaba con sus estudios de arte dramático y artes escénicas y esperaba al término de estos poder dedicarse a su gran pasión: Ser artista.
  Esperaba poder ser bailarina y actriz pero no le haría ascos a trabajar en labores de producción, cualquier cosa con tal de estar metida en ese mundillo que tanto la apasionaba desde que era una cría y a sus 25 años por fin veía posible alcanzar su sueño.

     Con objeto de lograr sus fines nunca se permitió el lujo de tener  pareja estable pues eso le restaría independencia, la distraería de sus obligaciones, esperaba encontrar el amor algún día pero no ahora.
  Ahora no era un buen momento para enamorarse ya tendría tiempo para ello mas el tiempo en el que suceden las cosas no depende de uno.
  Las cosas pasan cuando tienen que pasar y a veces pasan en el momento más inoportuno como la bella Carmen estaba apunto de vivir en sus propias carnes.




                                                               Continuará...

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