lunes, 2 de febrero de 2015
La noche que cambió su vida ( Parte 1 de 3 )
Arthur tenía grandes expectativas puestas en esa noche pero nada estaba saliendo como pensaba.
Desde su divorcio, acaecido tres años ha, no había tenido una verdadera ilusión por nada ni por nadie, si bien es cierto que tuvo innumerables citas, las cuales les proporcionaron diversión, compañía y sexo en algunos casos y decepción, desazón y apatía en otros, ninguna de ellas le permitió conocer a esa persona especial que le devolviese la fe en el amor y, de paso, en la raza humana y en concreto en las mujeres.
Hasta que conoció a Susan en una red social, concretamente en Facebook, y volvió a experimentar sensaciones que ya creía perdidas en la neblina del tiempo.
No fueron tanto las escasas fotos que tenía en su muro, en las que se mostraba siempre bella y sonriente, como las largas conversaciones por privado en las que quedaba patente lo mucho que tenían en común, así como las largas conversaciones telefónicas nocturnas, algunas de las cuales se extendían hasta la madrugada, siendo incapaces cada uno de ser el primero en despedirse y colgar atrapados por la vorágine de emociones desatadas por la voz del otro... risas, llantos a veces, piropos, promesas de amor eterno les creaban una dependencia de la que él no estaba dispuesto a prescindir y suponía que ella tampoco.
Al fin llegó el día en que ella accedió a que se vieran en persona tras poder compaginar sus horarios laborales y Artie se puso al volante de su Mazda desde el amanecer dispuesto a recorrer en el menor tiempo posible los 730 Km que les separaban, que les separaban físicamente porque en esencia estaban juntos y eran uno solo desde hacia meses .
Mas no contaba con la tormenta de lluvia y granizo que, aunque según los pronósticos seria leve y breve, no paraba de arreciar convirtiendo el trayecto hacia su amada en una autentica odisea.
La prudencia estaba fuera de lugar y en ningún momento pensó en aminorar la marcha, ni mucho menos parar en algún área de servicio a esperar que disminuyera el torrente elemental que le acompañaba desde su partida.
No le preocupaba su integridad y si temía tener un percance era solo por el retraso, de su anhelado encuentro, que eso le supondría.
Afortunadamente nada le ocurrió y al estar las carreteras casi vacías llegó a su destino antes incluso de lo que había previsto, estaba cada vez más cerca de su destino y sin embargo al entrar en la calle que Susan le había indicado sintió una oleada de pánico.
Nada podía salir mal, nada tenía porqué salir mal y aun así no podía dejar de temblar y no era de frío. No sabía que le pasaba y era consciente de que su reacción no era la de un hombre adulto y razonable sino más bien la de un adolescente temeroso.
No se atrevió a llamar al timbre, una vez frente a la casa de su amada, se sentía atenazado y no quería que ella le viera así de acongojado por lo que prefirió mirar por la ventana , quizás la visión de la bella imagen de su adorada le devolviese el valor perdido.
Pero lo que vio a través de las cortinas entreabiertas distaba mucho de ser lo que esperaba, no era la bella mujer rubia de ojos verdes y pechos turgentes de mediana edad de las fotografías, sino una mujer vieja de pelo cano despeinado y mugriento que sostenía un cigarrillo con dedos amarillentos mientras miraba la televisión.
El miedo y el nerviosismo se tornaron en cólera y se preguntaba como había sido tan iluso, sabía que la gente miente y usa fotos de otras personas para obtener la atención de los demás y era mucha casualidad que nunca tuviese conexión cuando él le proponía hacer una vídeo-llamada, pero tenía tantas ganas y tanta necesidad de experimentar esos sentimientos de nuevo que no se planteó en ningún momento engaño alguno.
Continuará....
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No escribía nada desde principios del año pasado, a ver si este tengo más continuidad y si tengo lectores que les apetezca leer lo que escribo, si no es difícil para mi motivarme ( chantaje emocional, jejeje )
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