martes, 13 de agosto de 2013
El Arquitecto
El arquitecto llevaba mucho tiempo en vela revisando los planos una y otra vez en busca de alguna anomalía, de algún defecto en su diseño original mas no encontraba nada.
Todos los planos parecían estar en orden, no tenia sentido alguno seguir escudriñándolos pues de haber habido algún error lo habría encontrado ya y era evidente que ahí no radicaba el problema.
Era meticuloso, el mejor en su trabajo pero algo no salió según lo previsto y necesitaba saber el porqué pues cometer errores de cálculo no entraba en su vocabulario.
No era una mera cuestión de orgullo pues nadie ponla en duda su valía ni tampoco su reputación se vería mermada por este fracaso, no tenía que dar explicaciones a nadie y era consciente de que sus conocimientos no tenían parangón.
Se trataba más bien de una cuestión sentimental pues había puesto toda su ilusión en el proyecto, había puesto todo su empeño, toda su pasión y toda su energía que se podría decir que empleo su alma y parte de si mismo en él.
Iba a ser su obra maestra y para llevarla a cabo, dedicó la mayor parte de su trayectoria profesional incluso la mayor parte de su vida, casi se podría decir que nació para ello.
Era descendiente de un largo linaje de constructores y diseñadores de refutado prestigio, todos autores de grandiosas y magnas obras de ingeniería mas ninguna tan ambiciosa como la suya, ninguna tan ambiciosa y tan compleja, ninguna tan llena de riesgos.
Eligió como escenario de su, tan ambicioso, proyecto a un planeta pequeño situado al borde de una galaxia de tamaño mediano y la dotó de enormes océanos de agua salada así como de grandes masas de aguas continentales a las que cubrió de verdes superficies haciéndola, de este modo, idóneas para dotarlas de vida, para hacerlas servir de alojamiento, de hábitat y de fuente de recursos a las criaturas que tenía en mente crear después en ambas áreas: tanto la acuática como la terrestre.
Todo iba desrrollándose a la perfección, todo salía según lo previsto y esto ánimo al arquitecto a ir un paso más allá y hacer algo que ninguno de sus colegas osó intentar: Crear una especie superior.
Estos seres superiores, que se autodenominaban raza humana, en un principio se sentían agradecidos y afortunados por existir y por estar rodeados de tan sublime y magna obra de ingeniería genética. Sí, en un principio pero a mediad que el tiempo avanzaba y con ello sus conocimientos aumentaban se iban sintiendo demasiados importantes. Se sentían creadores en lugar de creados, se veían a sí mismos cada vez más como diseñadores en lugar de diseños, como arquitectos en vez de como resultados de un plan.
Eso los convertía en su mayor triunfo y en su mayor fracaso a la par, pues si su capacidad de evolucionar se mantenía en esa progresión y seguían aumentando en conocimientos podían llegar a descubrir su existencia y sus metodos de trabajo, podían llegar a convertirse en sus iguales y eso era algo muy peligroso pues tener el poder de hacer algo no basta para estar legitimado para ello.
Si seguían adquiriendo conocimientos llegarían a convertirse en sus iguales y eso era algo que, sin la menor duda, pondría en peligro tanto su existencia como la de toda su estirpe, algo que podría suponer el principio del fin para los de su casta.
Tenía que obrar en consecuencia mientras aún había tiempo: Debía abortar el proyecto.
Aún podía hacerlo pulsando las teclas adecuadas el espacio-tiempo se plegaría sobre sí mismo y un enorme agujero negro ocuparía el lugar de lo que antes fue el escenario de su creación.
Eso haría desaparecer toda su gran obra... los mares y océanos las plantas y animales y por supuesto a los humanos que sin duda fueron los más difíciles de crear y hacer evolucionar.
Acabaría con su obra mas su obra también acabaría con él pues con el trabajo de su vida destruido esta ya no tenía razón de ser.
Hizo desaparecer en un momento lo que tardó casi toda su existencia en construir y entonces, solo entonces, pudo volver a dormir y esta vez dormiría mucho, mucho tiempo.
De hecho no volvería a despertar jamás pues ya no tenía ninguna motivación para hacerlo.
FIN
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario