viernes, 28 de junio de 2013

Oda a Alicia


 La vida desperdiciaba..
Mi alma estaba vacía
mi corazón no latía
respirar ya me hastiaba

Anhelaba el sueño eterno
la fragancia del olvido
cada día era sufrido..
No había sol, todo era invierno

Entonces te conocí..
Que bonita, que preciosa
no eras mujer si no diosa
y me enamoré de ti

Luche con todas mis fuerzas
no quería más sufrimiento
pues el amor es un tomento
mas se impusieron tus lindezas

Primero fue tu mirada
tan cálida tan sensual
no conocía nada igual
eras la mujer soñada

Ay ! tu risa me atrapaba
era tarde para huir
no podía más que admitir
que. aún no queriéndolo, te amaba

Esos labios de caramelo
esa piel de terciopelo
lo sedoso de tu pelo...
Esas cosas que me hacían tocar el cielo

Había olvidado reír
solo sabía sufrir
tu me hiciste descubrir
que aún valía la pena seguir

Mas entonces te marchaste
a mi lado no seguiste
yo hice lo que quisiste
pero tú me traicionaste

No soporto la locura
de vivir sin tocarte
ni  poder ya contemplarte
ni adorarte ni besarte...
Es una odiosa tortura

Mas no puedo culparte 

estabas en tu derecho
te alojaste en mi pecho
y eras libre de marcharte

Te añoro en la distancia

aunque estás siempre en mi mente
todo es ya diferente
nada escapa a tu fragancia












El Taxi





    Martín era un estafador de poca monta. Nunca había dado un palo al agua, se dedicaba a embaucar a solitarias viudas octogenarias. Mujeres con la cuenta corriente llena y el corazón muy vacío.
 Utilizaba sus dotes de seductor, su labia, su acento argentino más su aspecto de latin lover, su físico  su cuerpo trabajado en gimnasias y clínicas de estética. Eran sus armas de trabajo, a sus 42 años pocas mujeres se resistían a sus encantos, independientemente de su edad.

    Mas a él solo le interesaban las muy ricas, muy solitarias y muy viejas. Más fáciles de de manipular, con más necesidad de sentirse especiales y dejarse engañar. Cuando había desviado suficiente dinero de las cuentas de sus víctimas hacia las suyas, en diferentes bancos de distintos paraísos fiscales, las asfixiaba con su propia almohada. Se marchaba sin dejar rastro alguno de su presencia ni en sus casas ni en sus vidas. A nadie le sorprendía que una anciana muriese de un paro cardíaco, nadie hacía preguntas ni se realizaba autopsia alguna. Siempre tenía el equipaje preparado así como varios pasaportes con distintos nombres a mano.

     Esa noche acababa de realizar un trabajito que le reportaría pingües beneficios y se disponía a llamar a la compañía de taxis.  Cuando encontraran el cadáver ya estaría en una tumbona bebiendo margaritas en alguna playa caribeña. No había terminado de marcar el número cuando apareció un taxi como caído del cielo. Le silbó e indicó, por gestos, al conductor que le abriese el maletero. No había podido ver al taxista hasta que no se apeó del vehículo y se quedó maravillado al contemplar a la mujer más bella que había visto jamás.

     Era una bellísima joven de hermoso pelo encrespado, rubia como la cerveza, de brillantes ojos azul celeste. Al abrir el maletero e introducir sus maletas Martín pudo deleitarse con la visión de su esbelta figura. Una falda muy corta dejaba al descubierto unas preciosas piernas de piel tersa y rosada, unos muslos de ensueño. Una ráfaga de viento furtiva le permitió descubrir las perfecta curvatura de sus nalgas, apenas cubiertas con un diminuto tanga. Era una diosa nórdica, sin duda. Una valquíria de extraordinaria belleza.

     Una vez en el interior del taxi Martín le indicó su destino:

  • Al aeropuerto señorita, lo antes posible.
  • De acuerdo señor ¿Le importa si pongo algo de música ?
  • Claro que no, me gusta la música como a cualquiera

     Pero eso no era música, pensó él al oír el " Ram it dawn " de Judas Priest. Además sonaba demasiado alto, para su gusto, haciendo que el tema rockero le pareciese, aún, más caótico.
  El taxi se desplazaba a una velocidad que parecía aumentar a cada metro, la música aumentaba de volumen a cada segundo. El aire condicionado daba paso a la calefacción cuya temperatura se elevaba progresivamente.

 " Deben ser mis nervios, me estaré poniendo enfermo, esa estúpida vieja me habrá contagiado algún virus "

 Pensó Martín, pero lo cierto es que estaba empapado en sudor, la frente le ardía, la cabeza parecía que le iba a estallar en mil pedazos, se sentía débil y mareado. Empezaba a respirar con dificultad y debía estar delirando porque lo que contemplaban sus ojos era imposible: La bella joven seguía con sus dos manos sujetando el volante, su camiseta descubierta por detrás le permitía contemplar su bonita espalda moteada de lunares pero, al mismo tiempo veía su cara frente a él.
  Su cabeza había girado 180º y le miraba directamente mostrando la más dulce, a la par que terrorífica, de las sonrisas inimaginables.

 " Verás Martín, permíteme que te tutee, no te estás volviendo loco ni te estás ni te estás poniendo enfermo. Tampoco te estás muriendo porque ya lo estás. La Sra. que fue tu última víctima no era tan confiada como las otras y se percató de tus intenciones. Contrató un detective y averiguó cosas muy esclarecedoras sobre tu pasado. Mientras cenabas vertió un potente veneno en tu comida, que gracioso no ? Tú pensando en comer lo más ligero posible para ir prontito al dormitorio a matarla y era ella la que te estaba matando a ti  Tu cuerpo yace sin vida en su casa y es tu espíritu el que está aquí ahora. En cuanto a mí solo soy una mensajera, una encargada de transportar almas al infierno que será tu próximo y definitivo destino "


                                                            Epílogo:


     Carlos era un delincuente habitual que se había pasado toda su adolescencia entrando y saliendo del reformatorios hasta que, cumplida la mayoría de edad, comenzó a frecuentar la cárcel.
  Robaba coches, motos, hacía alunizajes, arrancaba bolsos dislocando hombros y caderas sin pudor alguno, traficaba con drogas y actuaba de chulo de varias mujeres. 
  No dudaba en defender su territorio a navajazos si era preciso. Como esa noche en que otro proxeneta pretendió colar a algunas chicas en su zona. No estaba dispuesto a permitirlo y le dio su merecido en forma de puñalada mortal en el corazón.  Él también resultó herido en el abdomen, la herida era un poco fea pero estaba vivo y su oponente no. Paró un taxi que apareció en el momento justo y a pesar del dolor que sentía no pudo evitar fijarse en la extraordinaria belleza de la conductora. Pensó que con una chica así a su servicio se triplicarían sus ingresos. 

  • Al hospital más cercano, rubia, A urgencias.
  • En seguida señor. ¿ Le importa si pongo algo de música ?  
   " The number of the beast " de  Iron Maiden comenzó a sonar cada vez más fuerte.

miércoles, 26 de junio de 2013

La empleada del mes

   


 
  Manuel se encontraba en el ciber-café que solía frecuentar desde hacía, ya, algún tiempo. Trataba de desenvolverse lo mejor posible en ese mundo cibernético que le era tan esquivo. Se sentía de otra época, una época de pizarras y tizas, agendas de papel, máquinas de escribir... Una época en la que lo más electrónico que conocía era la maquinita de matar marcianos del bar de la esquina.


 Aún así se esforzaba en navegar, sin embarrancar, tratando de dominar a ese pequeño artilugio  con nombre de roedor, que no siempre hacía lo que el le ordenaba. Definitivamente, la informática no era su punto fuerte ni tampoco el verdadero motivo de que estuviese allí.
  La verdadera razón se hallaba al otro lado de la barra del establecimiento: La empleada era la chica más bonita que había visto nunca ( y había visto muchas pues ya tenía una edad ). La primera vez que entró y la vió el tiempo pareció detenerse, apenas podía hablar, apenas podía oír .. Solo podía mirarla, solo quería mirarla.

     Mientras tecleaba frases inconexas, miraba la pantalla del ordenador con poco interés y de soslayo a la chica con todo el interés del mundo. Esos ojos como zafiros azulados, esa dorada melena que le rememoraba al vellocino de oro por el que Jasón y sus argonautas arriesgaron sus vidas, le hacían desear vivir en otra era. Una era de caballeros, de héroes y guerreros en la que hubiese tenido la ocasión de surcar mares y océanos  de enfrentarse a monstruos marinos, a dioses furibundos, a mágicos dragones.. Hacer lo que fuera para conquistar el amor y la admiración de una dama como esa. En vez de eso tenía que batallar con ese pequeño ratón mecánico tan revoltoso y eso no tenía nada de heroico.

     Ensimismado en sus pensamientos  soñando con aventuras de capa y espada perdió la noción del tiempo. El reloj estaba a punto de marcar la medianoche, tampoco se percató de que no quedaba ningún usuario más en el local, de que todos los demás ordenadores estaban apagados ni de que las persianas metálicas estaban bajadas y la puerta cerrada. Mas algo le hizo salir de sus divagaciones, algo gélido en el ambiente y era verano no tenía porque hacer tanto frío.
  Se levantó, miró por encima del mostrador esperando que ella estuviese ahí recogiendo algo del suelo. No había nadie pero sí había algo: una sustancia viscosa formaba un charco de color ocre y trozos de lo que parecía ser piel humana flotaban en él. Mechones de áureo pelo ensortijado alfombraban el suelo.
  Sintió un escalofrío en la nuca pero no era una sensación, era algo físico. Algo estaba goteando sobre su cabeza, algo frío y pegajoso.
  Alzó la vista y el terror le petrificó: Un enorme reptil, un ofidio de piel rosada e intensos ojos azules le miraba a escasos centímetros de su rostro. 

     Sus dimensiones eran imposibles, eran impensable que pudiera mantenerse adherida al techo un ser tan colosal. Parecía violar la ley de la gravedad pero ahí estaba la madre de todas las serpientes, abriendo sus fauces capaces de tragarse a un caballo de un solo bocado, Acercándose, centímetro a centímetro, lenta e inexorablemente.
  El tiempo pareció detenerse, para Manuel, no podía gritar, no podía moverse. Solo podía mirarla, solo quería mirarla.

Un mes después:

     Un joven estudiante tecleaba incesantemente en el ordenador del ciber-café. Tenía que terminar un trabajo y entregarlo al día siguiente. El tiempo se le echaba encima, se acercaba la hora del cierre del local. Solo quedaban él y la bella empleada, la cual le miraba fijamente sin que él se percatase de ello.
  Cuando, al fin, alzó la mirada de sus papeles y sus miradas se encontraron, 
la chica le dijo con una sonrisa tan bella como fría, tan dulce como siniestra.
 " No tengas prisa, hoy voy a quedarme hasta tarde. Me toca hacer balance mensual. ¿ Quieres cenar conmigo ? "


    

domingo, 23 de junio de 2013

WS-37

 María miraba la pantalla de su proyector holográfico con cierto pesar. 
Veía un documental sobre flora y fauna terrestre. Le entristecía sobremanera saber que nunca podría acariciar un animal ni oler una flor. 
Nació en la posguerra nuclear, tras el conflicto atómico entre E.E.U.U y sus aliados de la OTAN contra el Eje Rojo, el cual era liderado por Rusia Oriental, China y Corea del Norte.

  Era uno de los pocos habitantes del planeta que había sobrevivido  a la radiación sin malformaciones ni mutaciones. Era una de las escasas ciudadanas de la Unión Suramericana de Naciones que había nacido, crecido y madurado en un búnquer, a tres kilómetros bajo tierra. Nunca conoció a su padre que falleció víctima de los primeros ataques. Era coronel del ejército de la USN por lo que tenía acceso a información privilegiada. Eso le permitió adelantarse a los acontecimientos y construir un refugio totalmente automatizado y autosuficiente que mantendría a salvo a su familia, mas no pudo llegar a tiempo a refugiarse en él.
 La madre de María murió cuando era pequeña víctima de cáncer de esófago, a pesar de los cuidados y conocimientos médicos de WS-37. Nunca había tocado, ni abrazado ni besado a un ser vivo desde entonces y ya ni si quiera recordaba su tacto, su olor, su sonrisa..

  WS-37 era un robot de asistencia personal de la clase Delta*5, de segunda generación. Antropomorfo y multifuncional, fabricado con una aleación de cromo-vanadio.
 Tenía conocimientos de medicina, psicología, fisioterapia, matemáticas, ingeniería, cocina, etc...
 Estaba preparado para atender todas las necesidades de su protegida. Excepto una: no podía hacerle el amor. No podía satisfacerla romántica ni sexualmente.
 Eso atormentaba a WS-37 pues, a pesar de no ser una función que tuviera o pudiera realizar, se había enamorado perdidamente de María.
 Sus conocimientos de la anatomía humana le hubieran permitido ser un gran amante de haber estado dotado de pene, de haber dispuesto de labios, de lengua. de haber tenido piel de látex cubriendo sus dedos de frío metal.
 Pero no era así. ¿ Cómo podría hablarle de amor cuando ni si quiera la podia besar ?

  Algunas noches, usando su visión termográfica  pudo ver a María masturbarse, acariciando su clítoris, suave y rítmicamente.
 Pudo oír sus gemidos de placer aumentando, progresivamente, en intensidad a medida que se acercaba el momento del clímax.
  Otras veces, se tocaba mientras se duchaba, se introducía un consolador ( único legado de su madre ) o sus propios dedos previamente lubricados con aceite corporal. 
 María tenía 31 años, biológicamente no era virgen, pero nunca había yacido con otro ser humano.

  Cuando ella satisfacía sus apetencias carnales, su fiel robot permanecía a su lado, junto a la cama o junto a la ducha. María no pensó en ningún momento que sus jadeos, su boca entreabierta, su lengua mojando sus labios, la humedad desbordante de su vagina, el endurecimiento de sus pezones.. le produjesen el más mínimo efecto a WS-37.
 Al fin y al cabo, no estaba programado para ello. Era un aparato electrónico más, una máquina incapaz de albergar sentimientos ni sentir ningún tipo de atracción sexual.
 Desgraciadamente, para ambos, se equivocaba. 

  Él tenía esos sentimientos , su amor y su lujuria no dejaban de aumentar hasta convertirse en obsesión y con ellos su sensación de impotencia.
 Impotencia y frustración que le llevarían a acercarse a su cama mientras ella dormía plácidamente y sujetar su cabeza con ambas manos. Casi parecía que iba a arrullarla pero en vez de eso giró bruscamente su delicado cuello lo partió como una ramita en una tormenta.
  María no sufrió. no se despertó en ningún momento. Murió mientras soñaba que cabalga desnuda a lomos de un caballo zaino por verdes praderas. Acompañada por un hombre, también desnudo que la abrazaba y le rozaba ano y glúteos con sus testículos y su verga erecta. El momento de su muerte fue más feliz que toda su existencia.

  WS-37 había matado a la niña que ayudó a criar, a la adolescente que educó, a la joven que amó y a la única mujer que deseó. Mas no experimentaba ningún sentimiento de culpa ni de arrepentimiento. No sentía tristeza ni añoranza...
 Al fin y al cabo, no estaba programado para ello.

jueves, 20 de junio de 2013

La balsa

 El sol me está me volviendo loco. Las ampollas cubren casi todo mi cuerpo.
El oleaje me tortura de una forma atroz: El agua me refresca al cubrirme pero la sal incrementa el dolor de las quemaduras.
  Se que es de día solo por el calor del sol, pues hace tiempo que estoy ciego. Mis globos oculares se quemaron, así como mis labios convertidos en pulpa, algo parecido a carne picada. Mi espalda está pegada a las tablas con las que hice esta balsa.
 No puedo darme la vuelta. No puedo girarme, no puedo arrojarme al mar y acabar con este sufrimiento.

  ¡ No tengo fuerzas ! ¡¿ Dios mio, cuánto se tarda en morir de sed e inanición ?!
  No sé cuantos días llevo a la deriva.  ¿Porqué no viene una gran ola me sumerge y me ahoga ?

  Hace tiempo intenté taparme la cara con la mano, a modo de parasol, pero no había tal mano. Había desaparecido y solo encontré un muñón sanguinolento a la altura de la muñeca.
  ¿ Un tiburón, una barracuda quizás ? Eso no importa, lo que sí me aterra es que alguien o algo quiere mantenerme vivo, sufriendo lo indecible. Vivo para experimentar tormentos inimaginables.

  ¿ Y todo, porqué ? ¿ Porqué maté a los dueños del yate en el que viajaba como empleado ?
 ¿ Porqué les torturé hasta obtener el código de seguridad de su mansión ? ¿ Porqué les infligí dolor insoportable hasta que me dieron la combinación de su caja fuerte ? ¿ Porqué violé a la mujer mientras su marido agonizaba, desangrándose por las heridas que le cause ? ¿ Porqué la obligué a ella a suplicar por su vida, aún habiéndola condenado a muerte ya ?

  No es para tanto. Hice lo que tenía que hacer. Era un plan sencillo: Fingir un naufragio y estar unas horas a la deriva en esta balsa como tapadera.
Estábamos cerca de la costa, emití una llamada de socorro antes de hundir la nave. Tenían que haber tardado unas horas, días a lo sumo en rescatarme. Y llevo aquí semanas, meses.. ya no lo  sé.

  Lo único que sé es que ya no tengo ni manos ni pies, ni testículos ni pene. No puedo ver ni oír, no percibo olores.. No siento nada salvo dolor y desesperación.
 Ya no sé dónde estoy o cuando estoy. Ni si quiera estoy seguro de si estoy vivo o muerto.
 ¿ Estoy en una balsa a la deriva o en una cámara frigorífica ?  ¿ Estoy muerto y en el infierno o viviendo un infierno en vida ? Sea lo que sea.. ¿ Cuándo acabará, acabará alguna vez..?

miércoles, 19 de junio de 2013

Extraños en una parada

  • Hace tanto calor que se derriten hasta las piedras, ¿ verdad amigo ?
  • Sí, hace bastante calor
  • Suerte que de noche refresca un poco. Aún así espero que el autobús no tarde mucho, aunque suele hacerlo, me temo.
  • Bueno, habrá que tener paciencia.
  • El tiempo pasa mas deprisa charlando. Parece usted forastero, seguro que no estará al tanto de lo acontecido últimamente por aquí-
  • Sí, vengo de fuera. ¿ A qué hechos se refiere ?
  • Pues verá. Parece que hay un asesino despiadado suelto por el vecindario. Se han encontrado cuerpos mutilados, desmembrados y decapitados de una forma salvaje.
  • Vaya ! Seguro que no es un rumor de viejas ociosas ?La gente fantasea mucho cuando se aburre.
  • No. Le aseguro que es cierto. A la primera víctima, una chica joven, la asaltaron en el portal de su casa. volvía de de madrugada, de salir de fiesta con los amigos. Le clavaron un cuchillo en la vagina y le rajaron hasta la garganta. La abrieron igual que a un cerdo en día de matanza.
  • ¡ Pobre chica !
  • Pues eso no es nada. a la siguiente víctima, un hombre mayor que sesteaba en un banco del parque, le destriparon y le ataron  brazos y piernas con sus propios intestinos. Aún vivía cuando le maniataron. ¡ Imagínese que horrorizado estaría !
  • ¡ Es terrible ! Que muerte tan espeluznante
  • Je, veo que empieza a ponerse nervioso, está claro que el tema le intranquiliza, no es para menos. Aunque lo que de verdad debería preocuparle más es, que en esta misma parada, un hombre de mediana edad y su hijo de nueve años fueron masacrados.  Al padre le apuñalaron más de una treintena de veces, en el cuello, el torso, las extremidades... ninguna de las cuchilladas fue mortal de necesidad por lo que tardó en morir. Después de le tocó al pequeño infeliz.. decapitado tras contemplar impotente la muerte de su papá, no sin antes serle amputada la lengua para que no pudiera gritar pidiendo auxilio.
  • Todo eso me parece atroz.  ¿ Y dice que fue en esta misma parada ?
  • Así es, en esta misma parada y con este mismo cuchillo de caza. jejejeje. No pensaría que conozco tantos detalles por la inepta prensa local, ¿ verdad ? Jejeje. ¿ Asustado amigo ? ¿ Preparado para ser el siguiente ? ¿ Listo para sufrir y morir ?
  • Pues la verdad es que no estoy asustado y tampoco voy a morir esta noche. Ya lo hice hace décadas cuando un tipo mucho mas terrorífico que tú me extrajo toda la sangre con sus colmillos  Por si no lo has pillado aún soy un vampiro. Voy a morder tu cuello hasta que te conviertas en uno de los nuestros, pero antes te arrancaré los brazos y las piernas. Después morirás y te despertarás con una sed insoportable. Sed que no podrás saciar al no poder moverte para cazar. Sed que te acabará matando, tras días de agonía, por segunda y definitiva vez. Yo soy una criatura nocturna y mato solo para sobrevivir pero tú eres un puto psicópata que mata y tortura por placer. Yo soy un vampiro pero tu eres un monstruo